Un digno sucesor de la serie Goteras, Macetas. Me ha gustado mucho aunque me ha parecido demasiado corto. En mi modesta opinión creo que más puzles y más problemas habría dado al final un sentido de mosqueo más merecido, más climático, para construir un crescendo de frustración (en ese sentido me gusta más Macetas, donde al ser larga el final encaja como un guante). La prosa afilada, ha conseguido tenerme una sonrisa todo el tiempo. La interfaz me ha encantado. Esa mezcla de hipertexto y acciones en el último párrafo, logra una experiencia explorativa ideal para el estilo y ambientación. A pesar de ser corta, es "ancha", el juego tiene varias formas de llegar a varios finales, y además con material extra escondido. Muy buen, aunque corto, trabajo.

Tuve el placer de acompañar al autor en el betatesteo de esta obra que, aunque no precisamente por su longitud, es especial cuanto que importa el regreso del autor a la creación lúdico-literaria.
Teniéndonos Incanus ¿mal?acostumbrados a una gran aventura conversacional por año, esta vez que tras cinco salió con un hiperrelato en un principio pensé que iba a ser una cagada, en línea con muchas bandas de los setenta que en los noventa pasaron de un rock progresivo magnífico a mera música comercial. No obstante, la destreza de este consagrado autor en un medio nuevo para él al poder ofrecernos una historia que al igual que la mayoría de sus obras anteriores fluctúa todo el tiempo entre hacernos reír y reflexionar sociológicamente serios me sorprendió favorablemente.
Si en Goteras y Macetas teníamos a una víctima del mundo corporativo mal llevado y quejoso de todos los aspectos de la vida en general, el de Rastros —y sin que me expida más a fin de no spoilear— no sé si catalogarlo de una suerte de hippie futurista o de un mortal de clase media como pueden ser mis viejos, mortales que aunque naturalmente se quejen al momento de surgirles contratiempos tratan, en general, de disfrutar lo positivo de lo que les toca vivir.

El autor hace la recomendación de jugar Goteras y Macetas una vez llegados al final pero, amén de la perspectiva con que se disfruta esta historia conociendo las antedichas, les recomiendo fervientemente que si pueden y nunca lo han hecho jueguen éstas antes.

Ya me gustaría que este gran artista regrese algún día con una nueva aventura conversacional, pero considerando su falta de tiempo y su carácter de recién llegado a los librojuegos nos obsequió un buen trabajo; y si ya dijo que está construyendo un hiperrelato aún más largo, puedo dar fe de que en cuanto a que será aún mejor no nos defraudará.

Relato interactivo que aunque breve te quedas embobado ( por no decir otra cosa ) y disfrutando como un topo en un huerto.

Cinco años de silencio de Incanus, pero la espera ha merecido la pena. Reaparece esta vez en una nueva plataforma "Squiffy", pero la verdad la plataforma me es indiferente, lo importante es que siga con esta racha creativa.

Esperemos que el autor de Rastros no nos haga esperar otros cinco años para su próximo relato.