Tres habitaciones preparadas tal como manda la tradición.
En la primera, vosotros contando por turnos historias sobrenaturales sobre espÃritus y demás fuerzas transmundanas. Cada turno termina con el narrador atravesando en solitario una sobrecogedoramente vacÃa estancia, hacia al lugar de las cien velas. AllÃ, si se atreve, deberá apagar una y mirarse en el espejo, para luego regresar junto al grupo.
No hay más, y la única iluminación surge de las velas.
Tras noventa y nueve historias de miedo en este ritual...