Apocalipsis 9.13

Y el sexto ángel tocó su trompeta. De pronto oí una voz, que salía de en medio de los cuatro cuernos del altar de oro que estaba frente a Dios.

La voz le dijo al sexto ángel que había tocado la trompeta: «Suelta a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Éufrates».

Entonces el sexto ángel soltó a los cuatro ángeles, para que mataran a la tercera parte de los seres humanos, pues Dios los había preparado exactamente para esa hora, día, mes y año...

Y allí estás tú, Pedro, parado en el salón de tu hogar con un paquete misterioso remitido por tu tío Federico. Sin saber por qué, presientes que un importante deber en aras a la continuidad de la especie se ha sernido sobre ti…