Desde el aire aquel islote era apenas un trozo de hielo más a la deriva, pero sobre él se asentaban varios imperceptibles edificios e instalaciones cubiertas con techos blancos.
Un barco rompehielos se hallaba detenido lo suficientemente cerca, habiéndose abierto paso entre la dura costra de hielo que rodeaba la tierra firme, y de él descendÃa el grupo cientÃfico anual que se dirigÃa hacia la base caminando sobre el mar helado.